lunes, 28 de noviembre de 2016

RELACIONES PERJUDICIALES

Todas las relaciones tienen altibajos y etapas en las que las cosas no marchan todo lo bien que se desearía, pero esto no las convierte en relaciones perjudiciales. Por el contrario, una relación perjudicial implica una sensación continua de frustración.

La persona que está envuelta en este tipo de relación, tienen la impresión de que las cosas podrían ir bien, de que la relación tiene posibilidades, pero lo cierto es que ese potencial nunca llega a hacerse realidad y su pareja es siempre inalcanzable, debido a que está con otra persona, no desea comprometerse o simplemente no es capaz de hacerlo.

Se trata de una relación en la que siempre parece faltar algo y resulta destructiva porque impide a la persona seguir adelante con su vida de un modo normal, debido al dolor causado por la relación y a las emociones de tristeza, ira, desesperación o soledad que conlleva.

Seguir adelante con una mala relación no solo produce estrés sino que puede llegar a producir síntomas físicos. En ocasiones, el abuso físico y emocional forma parte de esas relaciones. El constante estado de tensión y estrés acaba produciendo cansancio y robando la energía de la persona que permanece en ella.

Por otra parte, puede dar lugar a comportamientos de huida, como recurrir al alcohol o las drogas para escapar del dolor que se siente.

La persona envuelta en una relación de este tipo no es libre. Se ve privada de la libertad de ser lo mejor de sí misma; de la libertad de amar a otra persona por su propia elección y no debido a la dependencia emocional; y la libertad de dejar una situación que es destructiva.

Signos de una relación adictiva.

  • ¿Crees que la relación te perjudica y aún así no haces nada para terminarla?
  • ¿Buscas razones para permanecer en la relación que no son del todo exactas o realistas y que no son lo bastante importantes como para contrarrestar los aspectos negativos de la relación?
  • Cuando piensas en romper la relación, ¿sientes una ansiedad y miedo muy intensos que te hacen aferrarte a la relación todavía más?
  • Cuando decides romper la relación, ¿comienzas a sentir un gran malestar, incluyendo síntomas físicos, que desaparecen cuando reanudas el contacto con esa persona, como una especie de síndrome de abstinencia?

Si alguno de estos ejemplos son tu caso, es posible que hayas perdido la capacidad para dirigir tu vida, igual que el adicto al alcohol o las drogas, cuya vida acaba siendo controlada por la sustancia de la que depende, más que por sus propios deseos.

Del mismo modo, el primer paso para recuperarte de esta adicción consiste en reconocer que estás "enganchado" e intentar entender las bases de tu adicción. De este modo, serás más capaz de determinar si, efectivamente, la relación puede mejorarse, o si lo que necesitas es romperla definitivamente.

Las relaciones amorosas deben ser amor, no dependencia. 
 










Por que nunca dejas de jugar...


sábado, 26 de noviembre de 2016

BONDAGE

El bondage forma parte de las prácticas de BDSM, que consisten en la dominación sexual de la pareja a través de herramientas, vestimenta y juegos eróticos entre los que entran la sumisión y en los casos más extremos el masoquismo. El bondage es el principio de todo, se trata de las ataduras eróticas que se aplican a la pareja vestida, semidesnuda o desnuda con el fin de practicar la dominación.

Lo extremo dependerá estrictamente de ti y de lo que te resulte excitante. Para muchas personas, de hecho para la mayoría, asumir de vez en cuando el rol de dominar a su pareja resulta extremamente placentero, y es que una ronda de sexo duro no le cae mal a nadie. Pero el bondage puede ir desde lo más simple como atar los brazos o las manos de tu pareja, hasta lo más complejo usando cuerdas que se venden especialmente para este acto.

Si no tienes claro si a tu pareja le gusta la idea del sexo duro lo mejor es consultarlo antes de lo contrario podría sorprenderse. Ahora si estás consciente de que es una gran fantasía entonces comienza desde lo más simple y si luego les apetece vayan a lo más complejo.

Por ejemplo una noche puedes presentarte con unas esposas, ésto de seguro hará que el otro enseguida entre en calor y es que imagina lo excitante que puede ser esposar a tu pareja mientras tu lo llevas a la cumbre del placer estimulando todas sus zonas erógenas. Si ambos han disfrutado de esta experiencia entonces puedes evaluar la posibilidad de adquirir un sistema de ataduras más complejo.

El bondage no necesariamente los tiene que conducir a una experiencia sadomasoquista extrema si ustedes no lo desean. Solo se trata de estimular la vida sexual a través de unas cuantas fantasías eróticas con las que de seguro se divertirán mientras prueban el extremo del placer, por eso deja los tabúes a un lado y ábrete a la oportunidad de atar a tu pareja y estimularlo hasta que alcance el clímax, disfruten de su intimidad y su vida sexual y permítanse salir de la rutina mediante nuevas experiencias.

Puedes usar…

Una lencería erótica debe ser el código de vestimenta para comenzar el estimulo a través de la vista, un antifaz o un pañuelo cubriendo los ojos aumentara el erotismo, puedes usar esposas o una pañoleta  para atar a tu pareja.
Puedes también incluir juguetes sexuales y es que mientras está atado(a) que mejor que estimularlo hasta alcanzar el clímax. Puedes probar con una fusta suave para darle pequeños golpecitos, nada que me cause mucho dolor.

Permítete jugar con tu pareja para salir de la rutina y disfrutar en pleno de su sexualidad y recuerda siempre estar de acuerdo ambas partes.









 Porque nunca dejas de jugar...


martes, 22 de noviembre de 2016

TROPICO DE CANCER

TROPICO DE CANCER

Autor: MILLER, HENRY

Editorial:
EDHASA

Año de edición:
2012

Género:
Narrativa / Erotica

Trópico de Cáncer, publicado por primera vez en París en 1934, debido a la censura no vio la luz en Estados Unidos hasta 1961, después de más de sesenta juicios sobre su legalización, e inmediatamente vendió 100.000 ejemplares en la edición en tapa dura y un millón y medio en la de bolsillo. Considerada por buena parte de la crítica como la mejor de sus obras, en su primera novela se sitúa Miller en la estela de Walth Withman y Thoreau para crear un monólogo en el que el autor hace un inolvidable repaso de su estancia en París en los primeros años de la década de 1930, centrada tanto en sus experiencias sexuales como en sus juicios sobre el comportamiento humano. Saludada en su momento como una atrocidad moral por los sectores más conservadores –y como una obra maestra por escritores tan distintos como T.S. Eliot, George Orwell, Gore Vidal, Norman Mailer o Lawrence Durrell–, en la actualidad es considerada una de las novelas más rupturistas, influyentes y perfectas de la literatura en lengua inglesa.









Porque nunca dejas de jugar...


PORNOGRAFIA EN PAREJA

Las películas pornográficas y las revistas con contenido sexual han existido desde hace muchos años. Muchos hombres, en especial, son fanáticos de la pornografía, pero por suerte, muchos comparten su gusto por ella con su pareja. Las mujeres son, por lo general, las que no se sienten tan a gusto si descubren que a su pareja le encantan las películas triple X. Sin embargo, otras se apuntan para disfrutarlas y usarlas como un arma para reavivar su relación de pareja. 
En resumidas cuentas, la pornografía, ¿beneficia o perjudica a tu relación amorosa?

Es mucho más común que los hombres admitan que les gusta pasar un buen rato viendo pornografía, ya sea en el Internet, por medio de una película o viendo revistas con mujeres desnudas. Las mujeres, en cambio, no se inclinan tanto hacia la pornografía, porque ellas prefieren un encuentro sexual real con sus parejas. No es un secreto que los hombres responden mucho mas a los estímulos visuales cuando se trata de sexo y las mujeres a estímulos auditivos y emocionales.

Sin embargo, algunas mujeres llegan a preocuparse si sus parejas ven pornografía. Se preguntan si su pareja ya no se siente atraída hacia ellas o si quizás prefiera ver pornografía que tener sexo con ellas.
Antes de preocuparte, te cuento que hay estudios sobre comportamientos sexuales que indican que menos del 5% de los casos de los hombres a quienes les encanta la pornografía, tienen problemas en su vida diaria y en su relación de pareja debido a esa afición.

La pornografía sólo se vuelve un problema si tu pareja no logra excitarse para tener relaciones más que acudiendo a estos estímulos. O si se vuelve una adicción y ya no está tan interesado(a) en tener sexo contigo y gasta mucho dinero en contenido “porno” o cibersexo. También puede volverse un problema si te das cuenta que tu pareja disfruta viendo contenidos sexuales que no son socialmente aceptados o presentan un dilema ético, como el sexo con animales o con niños.

Sin embargo, las películas para adultos pueden ser usadas para favorecer a la pareja: los dos pueden disfrutar de la pornografía para avivar o darle un toque nuevo a su sexualidad. También el hecho de ver pornografía juntos puede llevarlos a ser más honestos respecto a sus deseos y sus fantasías.

Es probable que tú o tu pareja vea pornografía para disfrutar de algunas fantasías sexuales que no se atreve a contarte por vergüenza. Es entonces cuando la pornografía puede convertirse en una herramienta muy útil para hablar abiertamente del tema, de lo que te gusta a ti, de lo que le gusta a él o a ella y de lo que quisieran explorar juntos.

Como ves, la pornografía no necesariamente significa que tu pareja no tiene interés en ti. Puede ser que simplemente no se atreva a confesarte ciertos gustos o que piense que tú lo ves como algo malo. De cualquier manera, puede convertirse en una buena forma de explorar nuevos terrenos en el plano sexual y de la intimidad.

Pero si hay algo que no te hace sentir cómodo(a), es importante que se lo digas honestamente a tu pareja. No aceptes conductas sexuales que no te agradan simplemente por satisfacer a la otra persona. Es mejor hablar con sinceridad y encontrar un punto en el que los dos puedan disfrutar plenamente de la vida sexual en pareja, respetando siempre los puntos de vista del otro.










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viernes, 18 de noviembre de 2016

AMOR, ENAMORAMIENTO O SEXO

La mayoría de gente cree que amar es fácil, que todo el mundo saber amar, que sólo hay que hallar la persona "adecuada" para que el amor surja automáticamente sin el menor requisito o esfuerzo por parte de nadie. También se supone que si hay "química", "enamoramiento", "pasión", entonces eso es precisamente el amor ideal. Y asimismo se afirma que el amor-romance suele ser efímero, que la rutina mata el amor, que la infidelidad destruye el matrimonio... Luego, están todas esas ideas sobre la "media naranja", el primer amor, el amor de mi vida, etc. ¿Qué hay de cierto en todos estos tópicos? ¿Nos ayudan a amar o, más bien, nos confunden y dificultan nuestras relaciones amorosas? 

El amor.
 
El amor de pareja maduro es un vínculo psicofísico entre dos personas que permite a ambas crecer y desarrollar lo mejor de sí mismas. Es decir, cualquier relación que no nos ayude a sentirnos mutuamente más sanos, adultos y libres no deberíamos considerarla genuinamente amorosa, a menos que queramos extraviarnos en las más lamentables confusiones semánticas. Naturalmente, el amor sólo es posible sobre la base de grandes cantidades de confianza, autoestima y compromiso mutuos, lo que a su vez requiere que hayamos superado mínimamente nuestro narcisismo infantil y nuestra neurosis. No podemos amar si no fuimos amados y si, por tanto, no aprendimos suficientemente a ver, respetar e incluso ocuparnos de los problemas de los demás. ¡Amar es cosa de personas afortunadas! El amor no es, por tanto, un mero sentimiento, ni un deseo, ni un placer, ni un deber, ni una euforia. Se trata, más bien, de una capacidad, un talento, un arte que depende directamente de nuestra salud y madurez psicológicas.

El enamoramiento.
 
El enamoramiento no tiene nada que ver con el amor. Enamorarnos significa simplemente identificarnos y/o idealizar en extremo a alguien, que generalmente representa lo que nosotros ya somos consciente o inconscientemente, o quisiéramos ser. También es una forma de sublimar determinados sentimientos y carencias: admiración, deseo sexual, soledad emocional, narcisismo personal, etc. En otras palabras, solemos enamorarnos precisamente de las personas que alivian de algún modo nuestro mapa íntimo de anhelos y conflictos, en un momento dado. El enamoramiento es... ¡un síntoma neurótico! Por eso, cuanto más vacía, inestable o dependiente es una persona, tanto más enamoradiza suele ser, y más intensos y breves suelen ser sus romances. El culto a la "pasión" de estas personas es básicamente una droga para escapar de sus problemas internos y para evitar -por miedo- las relaciones profundas y comprometidas. 

El sexo.
 
Se trata, obviamente, de un juego extremadamente placentero. Un compartir muy íntimo de intensas satisfacciones psicofísicas. Este juego sexual, aunque puede ir asociado al amor (lo que multiplica su placer), no es amor, ni necesita del amor, ni produce necesariamente amor alguno. El sexo es básicamente una forma genital de placer narcisista que puede acompañar, o intercambiarse por otras cosas, en cualquier tipo de relación humana. Por tanto, ninguna actividad sexual nos dice nada sobre el amor real entre dos personas.


 
 
 
 
 
 
 
Porque nunca dejas de jugar...