El voyeurismo es
catalogado como una parafilia en el que se tiene la tendencia a sentir placer
con el simple hecho de observar (a
escondidas) a personas desnudas o practicando el acto sexual. Lo
curioso de esta parafilia es que aproximadamente el 90% de los casos se
presentan durante la infancia y se presenta en adultos que de niños recibieron
una estricta educación.
Desde el punto de vista psicológico se ha logrado
investigar que más del 90% de hombres heterosexuales que tiene voyeirismo
tienden a ser hombres inseguros, tímidos, con dificultades para hablar con
mujeres. O simplemente por placer.
El término proviene del francés voyeur (mirón) y encierra en
buena medida su excitación en el hecho de esconderse para observar, en otras
palabras, no ser descubierto genera una emoción que incrementa el placer que
produce lo que se está viendo. Es por ello que algunos especialistas no
reconocen como voyeuristas a
quienes son aficionados a la pornografía o a quienes pagan por ver un acto
sexual en vivo.
Es importante reiterar que contra lo que se suele
creer, el voyeurista suele no recurrir a agresiones o amenazas, y prefiere
fisgonear a violar o abusar sexualmente.
Cabe señalar que quien tiene este tipo de
tendencias busca saciar sus instintos al acudir a lugares públicos, como
parques o playas, o bien hacer uso de cerraduras o rendijas de puertas por las
que apenas se pueda echar un vistazo.
Como se indicó con anterioridad, el voyeurista se
masturbará en ocasiones mientras mira, pero en otras la sensación será tan
intensa que puede llegar al orgasmo espontáneamente con sólo contemplar.
Por otra parte, cabe destacar que los psicólogos
consideran al voyeurismo problema
mental cuando se lleva a cabo durante seis o más meses en forma continua, y que
bien puede ser síntoma de una alteración psíquica, que en ocasiones puede ser
grave.
Estudios al respecto señalan que un adulto con este
problema revela que en su niñez y pubertad recibió estímulos visuales,
auditivos o táctiles, que por razones variadas adquirieron particular
significado para él o ella. Por ejemplo, en algunos casos su origen puede
relacionarse con abuso sexual infantil, o con la prohibición cruel y reiterada
para manifestar su curiosidad infantil en torno a temas sexuales.
Particularmente, el inicio del voyeurismo está asociado a la excitación sexual
tras la observación, tal vez casual, de una desnudo o una pareja, tratándose en
muy alto porcentaje de los padres.
Los mismos especialistas indican que el voyeur
difícilmente acude por propia voluntad a resolver su problema; generalmente es
obligado por un familiar o, incluso, por orden de un juez. La terapia en
quienes suelen vivir episodios esporádicos no va más allá de sesiones
individuales o en grupo, pero en quienes lo manifiestan como rasgo de conductas
compulsivas que ponen en riesgo su integridad física y las de otros, se
prescribe medicación y psicoterapia.
Porque nunca dejas de jugar...
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