Todas
las relaciones tienen altibajos y etapas en las que las cosas no marchan todo
lo bien que se desearía, pero esto no las convierte en relaciones
perjudiciales. Por el contrario, una relación perjudicial implica una sensación
continua de frustración.
La
persona que está envuelta en este tipo de relación, tienen la impresión de que
las cosas podrían ir bien, de que la relación tiene posibilidades, pero lo
cierto es que ese potencial nunca llega a hacerse realidad y su pareja es
siempre inalcanzable, debido a que está con otra persona, no desea
comprometerse o simplemente no es capaz de hacerlo.
Se
trata de una relación en la que siempre parece faltar algo y resulta
destructiva porque impide a la persona seguir adelante con su vida de un modo
normal, debido al dolor causado por la relación y a las emociones de tristeza,
ira, desesperación o soledad que conlleva.
Seguir
adelante con una mala relación no solo produce estrés sino que puede llegar a
producir síntomas físicos. En ocasiones, el abuso físico y emocional forma
parte de esas relaciones. El constante estado de tensión y estrés acaba
produciendo cansancio y robando la energía de la persona que permanece en ella.
Por
otra parte, puede dar lugar a comportamientos de huida, como recurrir al
alcohol o las drogas para escapar del dolor que se siente.
La
persona envuelta en una relación de este tipo no es libre. Se ve privada de la
libertad de ser lo mejor de sí misma; de la libertad de amar a otra persona por
su propia elección y no debido a la dependencia emocional; y la libertad de
dejar una situación que es destructiva.
Signos de una relación adictiva.
- ¿Crees que la relación te perjudica y aún así no haces nada para terminarla?
- ¿Buscas razones para permanecer en la relación que no son del todo exactas o realistas y que no son lo bastante importantes como para contrarrestar los aspectos negativos de la relación?
- Cuando piensas en romper la relación, ¿sientes una ansiedad y miedo muy intensos que te hacen aferrarte a la relación todavía más?
- Cuando decides romper la relación, ¿comienzas a sentir un gran malestar, incluyendo síntomas físicos, que desaparecen cuando reanudas el contacto con esa persona, como una especie de síndrome de abstinencia?
Si
alguno de estos ejemplos son tu caso, es posible que hayas perdido la capacidad
para dirigir tu vida, igual que el adicto al alcohol o las drogas, cuya vida
acaba siendo controlada por la sustancia de la que depende, más que por sus
propios deseos.
Del
mismo modo, el primer paso para recuperarte de esta adicción consiste en
reconocer que estás "enganchado" e intentar entender las bases de tu
adicción. De este modo, serás más capaz de determinar si, efectivamente, la
relación puede mejorarse, o si lo que necesitas es romperla definitivamente.
Las
relaciones amorosas deben ser amor, no dependencia.
Por que nunca dejas de jugar...
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